jueves, abril 03, 2008

20 de Abril 2008, elecciones en Paraguay: oportunidad de cambio y temor internacional

El 20 de abril se celebran elecciones generales, y desde la misma población paraguaya se experimenta este proceso con temor, puesto que son los primeros comicios electorales donde se atisba una posibilidad de cambio, ante el continuismo tras 61 años del partido en el poder, con el dictador Stroessner al frente hasta 1989, los Archivos del Terror (www.unesco.org/webworld/paraguay) dan prueba documental fehaciente de la participación del dictador en la Operación Cóndor, un acuerdo militar anticomunista de persecución de exiliados, con apoyo de las dictaduras militares de Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil y Ecuador, que propició la tortura, secuestro y asesinato de miles de paraguayos y ciudadanos de los países mencionados).

La inseguridad económica, la pauperización progresiva, la crisis existente es fruto de múltiples motivos, y la liberalización arancelaría contribuye a degradar el panorama de desarrollo social. Esta degradación de los derechos humanos afecta al aparato administrativo, propiciando sobornos y afiliaciones partidistas. Según el Informe Global de 2007 de Transparency Internacional, Paraguay tiene una media de sobornos superior a la media de América Latina y de África, uno de cada tres usuarios de servicios judiciales ha pagado sobornos, en dicho estudio se establece el denominado Barómetro Global de la Corrupción, situándose Paraguay el país con mayor nivel de inseguridad judicial y designándose como extremadamente corrupto. Estos son los hechos y los motivos de preocupación ante un posible fraude electoral. El temor es compartido por diferentes organismos internacionales, puesto que las opciones de regeneración democrática que un cambio histórico como este puede suponer, ponen en peligro las estrategias de fraude electoral que se ciernen sobre el país. Con motivo de este hecho, se ha organizado una serie de misiones de observadores internacionales para tutelar los comicios y denunciar posibles irregularidades. Como han manifestado diferentes movimientos populares paraguayos se precisa de cierto apoyo mediático con tal de garantizar el trabajo de los observadores y la transparencia de las elecciones.

El 20 de abril y los días posteriores hay que tener -además de nuestra cotidianidad- los ojos puestos en el Tribunal Superior de Justicia Electoral en Paraguay. De su labor y de las denuncias emitidas por parte de los Observadores Internacionales depende que otro país de tantos pueda democratizarse y dar paso a una acción política y responsable centrada en los intereses comunes y no en el interés de unos pocos. Son cambios que se pueden dar, por eso debemos apoyarlos. En el mundo hay muchos conflictos paralelos, pero dentro de esta suma funesta, abrir algo de luz sobre el desconocimiento de algunas realidades del Sur ofrece una oportunidad real a que la voluntad y los derechos de las personas tengan una oportunidad para su desarrollo.